Los arqueólogos reconstruyen el final de un asentamiento cartaginés en Ciutadella gracias al hallazgo de un inesperado acceso en forma de codo
Durante el siglo III a. C. el Mediterráneo era un mar en llamas. Cartagineses y romanos pugnaban durante las llamadas Guerras Púnicas por el control del sur de Europa y el norte de África. La isla de Menorca, aliada de Cartago y situada en el centro del conflicto, no fue ajena a este batallar. Hacia el año 206 a. C., ante la inminente llegada de la armada romana, los cartagineses fondearon su poderosa flota en Menorca, reamurallaron un viejo asentamiento talayótico cercano a la actual Ciutadella y lo dotaron de una novedad militar desconocida en la isla: la puerta en codo. El estudio Un nuevo hito para el estudio de la poliorcética púnica. El acceso en codo de Son Catlar reconstruye ahora aquella “defensa pasiva” que terminó convirtiéndose en ofensiva y que permitió aguantar el envite de las legiones romanas. Los cartagineses y sus aliados resistieron hasta el 123 a. C., cuando el general Quinto Cecilio Metelo, apodado Baleárico por ser artífice de la conquista del archipiélago, tomó el asentamiento y arrasó parte de la fortificación, no sin antes llevar a cabo un ritual propiciatorio del que los arqueólogos han hallado pistas.
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